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Consideraciones sobre la intervención de enfermería en las úlceras por presión
Autor: Pedro Alexei Bacardí Zapata
Tutores: Dra Carmen Laura Bacardí Noriega
Lic. Isabel Cuello Tiser
Los progresos del conocimiento humano se
aplican hoy en día de una forma inmediata al campo de la atención
a la salud, este hecho es debido sin duda a la altísima valoración
que la sociedad otorga a tener salud. Como consecuencia de dicha aplicación
se deriva la aparición de nuevos métodos y técnicas
que tratan de solucionar o paliar viejos problemas del ser humano.
Dentro de estos métodos y técnicas cobran un papel absolutamente
relevante los cuidados de enfermería.
De ellos depende, en gran medida, la calidad asistencial de los servicios
de salud y con frecuencia, la misma evolución final de los
pacientes. Es el caso de los cuidados de enfermería en las
úlceras por presión el ejemplo más representativo
de lo anteriormente expusto.El paciente que presenta riesgo de úlcera
por presión constituye un área de cuidados de enfermería,
tanto para prevenir su aparición como para conseguir su curación.
Las úlceras no son más que una lesión de origen
isquemico localizada en piel y tejidos subyacentes, con perdida de
sustancia cutánea y producida por presión prolongada
o fricción entre dos planos duros, normalmente se produce en
los puntos de apoyo del cuerpo que coinciden con las prominencias
o rebordes óseos (Fig 1 ) y su aparición puede ser influenciada
por factores fisilológicos derivados del tratamiento, situacionales
y del desarrollo .
La utilización de una taxonomía diagnóstica (diagnósticos
de enfermería) beneficia en todos los aspectos el desarrollo
disciplinario, incrementa la responsabilidad profesional, proporciona
una estructura para estudio de casos e investigación y a la
vez facilita un plan de cuidados óptimo. En la evaluación
del plan de cuidado de úlceras, se analizarán las diferentes
variables que intervienen en la aparición y evolución
de las mismas.
La Escala de Norton modificada y los cambios de posición juegan
un papel importante dentro de estos. Los cambios posturales se deben
realizar cada dos horas y de manera cíclica durante las 24
horas del día, los cuales serán aplicados y registrados
en el plan de cuidado. En el caso de los pacientes en sedestación
los puntos de apoyo deberán modificarse con la misma frecuencia
que en los encamados.
DECUBITO SUPINO
Las almohadas se colocarán:
Ø Una mano debajo de la cabeza
Ø Una mano debajo de la cintura
Ø Una mano debajo de los muslos
Ø Una mano debajo de las piernas
Ø Una apoyando la planta del pie
Ø Dos debajo de los brazos
Precauciones:
Las piernas deben quedar ligeramente separadas
Los pies y manos deben conservar una posición funcional
Evitar la rotación del trocánter ( Fig 2)
DECUBITO PRONO
Las almohadas se colocarán:
Ø Una mano debajo de la cabeza.
Ø Una mano debajo del abdomen.
Ø Una mano debajo de los muslos.
Ø Una mano debajo de las piernas.
Ø Dos debajo de los brazos (opcional).
Precauciones:
Ø El tórax debe quedar libre para respirar con comodidad.
Esta postura se utilizará preferentemente en la prevención
y tratamiento de las úlceras sacro-coxígeas y trocantéreas.
Ø Esta postura esta contraindicada en pacientes con lesiones
torácicas, cardiacas y con respiración asistida.(fig.
3)
DECUBITO LATERAL
Las almohadas se colocarán:
Ø Una mano debajo de la cabeza.
Ø Una apoyando la espalda.
Ø Dos entre las piernas.
Precauciones:
Ø La espalda quedará apoyada en la almohada formando
un ángulo de 45-60 grados.
Ø Las piernas quedarán en ligera flexión.
Ø Los pies formando ángulo recto con la pierna.
Ø Si la cabeza de la cama tiene que estar elevada, no excederá
de 30 grados
Ø En pacientes que pueden levantarse al sillón o realizar
algún movimiento en la cama se deberá ayudar y animar
a realizar movimientos activos, colocar soportes y asideros necesarios
que faciliten su movilización.
Ø Es importante que estén sentados correctamente.
Ø Los pies y manos deben conservar una posición funcional.(Fig.
4)
POSICIÓN TERAPEUTICA EN SEDESTACION
Ø Incorrecta (fig. 5)
Ø Correcta (fig. 6)
M L Shanon, matiza que, si bien es cierto que
una mala atención de enfermería puede favorecer la aparición
y desarrollo de esta patología, no todas pueden ser prevenidas
como las producidas en pacientes caquécticos con balance nitrogenado
muy bajo, o las derivadas de deformaciones congénitas o adquiridas.
Las úceras por presión conllevan a daños físicos
que acarrean importantes sufrimientos para el paciente y aumento considerable
del tiempo de hospitalización donde de una forma impresindible
el personal de enfermería aborda los problemas y garantiza
la curación de la enfermedad, detiene su evolución y
restablece la capacidad funcional del paciente aliviando su dolor
o sufrimiento.
Bibliografïas consultadas:
1. Ameyugo Elorriaga Begoña et al. Guía de cuidados
enfermeros. Ulceras por presión.Instituto Nacional de la salud.
Iberoamericana sa.Madrid. 1996
2. LópezCorral J. C. Actuación de enfermería
ante las úlceras y heridas.Editorial lugan sa.1992
3. Junta de Andalucía . Consejería. Garantía
de calidad. Atención primaria de salud. Dirección General
de Coordinación, Docencia e investigación. Peg. 26-27.1994
4. Kozier, Erb, Olivieri .Enfermería Fundamental: conceptos,
procesos y práctica 4ta ed.tomo2. interamericana Mc graw-hill.Madrid.1994
5. Romá M. et al. Ulceras de piel, un reto para la enfermería.Rev.
Rol de enfermería n136 , pág
31-40.1989