Debes activar JavaScripts para ver de forma adecuada esta web.
Artículo Original
Comportamiento clínico epidemiológico
de pacientes
migrañosos
Autores: Julio César Molina Martín y Yaimara Hernández Silva*
Tutores: Dr.Luis
Alberto Molina Martín**
Ana María Pérez Berlanga***
*Estudiantes del 6 to. curso de Medicina
** Especialista de I Grado en Neurología
*** Especialista de I Grado en MGI
RESUMEN
Se realizó un estudio descriptivo transversal
de 22 pacientes con el diagnóstico de migraña, pertenecientes
a los consultorios 78 y 79 del policlínico docente ¨ Santa
Lucía¨ del municipio ¨Rafael Freyre Torres¨ de la provincia
Holguín, para conocer el comportamiento clínico epidemiológico
de dicha afección , así como el tratamiento que se lleva
a cabo con la misma. Para su realización, se recogieron de las
historias clínicas individuales las siguientes variables clínicas
epidemiológicas: edad, sexo, color de la piel, antecedentes patológicos
personales, antecedentes patológicos familiares. También
se recopiló información referente a la presencia de síntomas
acompañantes y los diferentes tipos de auras que refirieron cada
uno de los pacientes que presentaban migraña clásica, así
como las medidas adoptadas desde el punto de vista profiláctico
y durante las crisis que reciben diariamente los mismos en su área
de salud. Las edades más afectadas por la enfermedad se encuentran
en el grupo de 21-40 años, y el antecedente patológico personal
más referido que se detectó en 10 pacientes (45,0 %), Los
síntomas acompañantes más frecuentes fueron: náuseas
( 86,4 %) y vómitos (72,7 %), y el 75 % de las mujeres refirieron
trastornos menstruales. Solamente dos pacientes (9%) habían recibido
tratamiento profiláctico para su enfermedad. El medicamento más
usado para suprimir las crisis en las áreas de salud y en el cuerpo
de guardia del hospital es el Espasmoforte.
Palabras claves : Migraña, cefalea, tratamiento.
INTRODUCCIÓN
La primera descripción de un síndrome caracterizado por dolor en una parte de la cabeza asociado a síntomas gastrointestinales y visuales fue hecha por Areteo de Capadocia y se remonta al segundo siglo antes de Cristo. Thomas Willis (1621-1675) fue el escritor de la primera monografía moderna sobre migraña, llamando la atención sobre factores vasculares en la génesis de la misma. En esta enfermedad el principal síntoma es el dolor de cabeza que puede comenzar en cualquier horario del día o de la noche. Stewart y colaboradores determinaron en su trabajo que la frecuencia media de ataque en los pacientes que sufrían activamente de migraña era de 0,4 a 1,5 ataques por mes (1). La frecuencia de recurrencia es mayor en la mujer que en el hombre. El ataque típico de migraña consiste en una secuencia de eventos que incluye: pródromo, aura, cefalea, resolución, y postdrómica (2). En un 25 % de los pacientes migrañosos se pueden identificar síntomas prodrómicos que preceden en horas e incluso en días a las auras o al dolor de cabeza (3,4). La ausencia o presencia de auras (episodio focal de disfunción neurológica transitoria) distingue a la migraña común (sin auras) de la clásica (con auras) (5). La intensidad del dolor es de moderada a severa y el dolor es referido como un latido, aunque en menos de la mitad de los pacientes es referido como pulsátil (6). La migraña afecta de un 15 % a un 25 % de las mujeres y al 6 y 7 % de los hombres. El 90 % comienza antes de los 40 años y el 50 % tiene por inicio e la infancia o la adolescencia. Antes de la pubertad la prevalencia de la migraña es superior en varones que en hembras. En el adulto la proporción es mayor en mujeres 3:1. Después de los 40 años la incidencia de la enfermedad disminuye. Recientes datos sugieren que la migraña es una afección comórbida con la epilepsia (7,8). El hecho de que en el 50 % de los migrañosos existen familiares con la enfermedad frente a los controles sugiere un fuerte papel genético en su origen (9,10). Prácticamente desde la antigüedad se plantea una concepción fisiopatológica de la migraña; para unos su origen está relacionado con una alteración neural, y para otros, se vincula a una disfunción puramente vascular. En nuestros días estas diferencias para poder explicar los síntomas y signos de la cefalea migrañosa no han desaparecido. A la luz de los conocimientos actuales se han podido precisar alteraciones en el funcionamiento neural y modificaciones vasculares que pudieran servir de explicación fisiopatológica de la enfermedad. En Cuba los estudios realizados coinciden con lo referido anteriormente. Ahora bien, en nuestra provincia no contamos con otros estudios clínicos epidemiológicos relacionados con la misma, al igual que no se recoge el antecedente de una investigación de este tipo en el municipio “Rafael Freyre Torres”; es por ello que hemos decidido realizar este trabajo con el objetivo de conocer el comportamiento clínico epidemiológico de pacientes con migraña pertenecientes a los consultorios 78 y 79 del policlínico docente ¨Santa Lucía¨ del mencionado municipio de la provincia de Holguín, así como el tratamiento que se aplica a los mismos por los médicos y enfermeras de la familia.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo transversal de pacientes con el diagnóstico de migraña, pertenecientes a los consultorios 78 y 79 del policlínico docente ¨ Santa Lucía¨, del municipio “Rafael Freyre Torres”, de Holguín. Del total de pacientes incluidos en la investigación, 16 habían sido diagnosticados antes del mes de agosto del 2004 y otros 6 en los meses de agosto y septiembre del propio año. La muestra fue conformada con 22 pacientes pertenecientes a los consultorios especificados; del total, 14 presentaban una migraña común, y el resto una migraña clásica (con aura). El universo fue de 31 pacientes entre las dos áreas de salud incluidas. Para dar cumplimiento a nuestros objetivos se recogieron de las historias clínicas individuales las siguientes variables clínicas epidemiológicas: edad (años cumplidos), sexo, color de la piel (blanco, negro), antecedentes patológicos personales y antecedentes patológicos familiares También se incluyeron otras variables como: la presencia de síntomas acompañantes y los diferentes tipos de auras que refirieron cada uno de los pacientes que presentaban migraña clásica, así como las medidas a desarrollar desde el punto de vista profiláctico y durante las crisis. Se realizó un análisis descriptivo de cada una de las variables. Para el análisis de la media se utilizó la U de Mann Whitney. Los resultados se expresaron mediante tablas y gráficos.
RESULTADOS
En el gráfico 1 se muestra la distribución
de los pacientes según grupo de edades, siendo el grupo etáreo
más afectado el de 21-40 años con 14 pacientes (63,6 %),
siguiéndole en orden el grupo de 10-20 años con 4 personas
(18 %). Las edades comprendidas entre 41 y 60 años representaron
el 13,6 % con 3 enfermos. Las edades menos representadas en nuestra investigación
estuvieron en los grupos de más de 60 años con un solo paciente
(4,5 %).
Del total de pacientes, 16 de ellos representan al sexo femenino (72,7
%) y el restante al sexo masculino. La raza blanca predominó en
nuestra muestra con un total de 15 pacientes ( 68,2 % ) y el resto ( 7
pacientes ) correspondió a la raza negra.
En el gráfico 2 se evidencia que la hipertensión arterial
representó el antecedente más frecuentemente encontrado
en nuestros pacientes con 9 (40 %); el segundo lugar lo ocupó la
epilepsia, 5 personas, cifra que representó el 23 %). El Ataque
Transitorio de Isquemia (ATI) fue referido por 3 pacientes (14 %). La
Diabetes Mellitus fue reportada por 3 pacientes también (14%).
El asma bronquial se manifestó en un solo paciente (9 %).
El gráfico 3 muestra los antecedentes patológicos familiares
más frecuentes en los pacientes estudiados. La migraña apareció
en 10 de los enfermos (45, 5 %). En orden de frecuencia le siguió
la hipertensión arterial con 5 (22, 72 %).La epilepsia la refirieron
4 pacientes (18,18 %). La Diabetes Mellitus se encontró en 2 pacientes
(9 %), y el asma bronquial fue referido por solo un paciente (1 %).Las
auras visuales fueron las más frecuentes (74 %) del total estudiado;
las auditivas le siguieron en frecuencia, afectando al 60 % de los pacientes
y las somatosensoriales se manifestaron en un 28 % de la muestra estudiada..
En el gráfico 4 se muestran los por cientos de pacientes que recibieron
tratamiento profiláctico y sintomático. Se aprecia que solo
el 9 % de los pacientes recibieron tratamiento profiláctico.
La distribución, según valoración médica,
evidenció que 16 (72,7 %) pacientes fueron valorados por médicos
y de esos solamente 4 (27,7 %) por un especialista en Neurología.
ANALISIS Y DISCUSION DE LOS RESULTADOS
En nuestra investigación se evidenció que las edades más jóvenes y productivas de la vida de los pacientes estudiados son las más afectadas por la migraña encontrándose un mayor número de enfermos (63,6 %) en el rango de 21 a 40 años y le sigue en orden el grupo de 10 a 20 años con 4 (18 %). Si sumamos los por cientos de los pacientes con migraña, de 10 a 40 años representarían un 84 %, cifra que coincide con lo reportado por otros investigadores (11) quienes plantean que cerca del 85 % de los pacientes migrañosos inician la enfermedad antes de los 30 años. En relación con el 18 % de pacientes que se encuentran en el rango de 10 a 20 años, podemos decir que otros estudios han arrojado que aproximadamente en un 25 % de los migrañosos la enfermedad se inicia antes de la pubertad, por lo que en nuestra investigación la prevalencia de la misma en estos años es similar a lo publicado por otros autores (11). El dolor en las crisis de migraña produce una importante limitación de la actividad de quien la sufre, pues le obliga a reducirla en más del 50 % de las ocasiones, e incluso a suprimirla (20-30 %), por la necesidad de reposo absoluto. Se estima que en países occidentales cada migrañoso pierde al año una media de 5 a 7 días de trabajo a causa de las crisis de dolor (11), de ahí su gran impacto laboral y social. El sexo femenino representó el mayor por ciento de los pacientes (72,7 %) y este resultado coincide con lo reportado por otras investigaciones (12) aunque hay que decir que antes de la pubertad se produce una inversión de esta frecuencia y el varón migrañoso predomina sobre la mujer. En el gráfico 2 se evidencia que la hipertensión arterial representó el antecedente hallado con más frecuencia; en nuestros pacientes, el segundo lugar lo ocupa la epilepsia, lo que reafirma la relación comórbida que existe entre estas enfermedades y la migraña. Adams plantea que las relaciones entre la migraña y la epilepsia son débiles, pero refiere que la incidencia de las convulsiones es ligeramente más elevada en los pacientes migrañosos y en sus parientes que en la población general (12). El Ataque Transitorio de Isquemia (ATI) fue referido por 3 pacientes (14 %), hay que aclarar que estos ATI aparecieron tiempo después de iniciada la enfermedad, por lo que pensamos que pudieran ser complicaciones de la misma, lo que coincide con lo obtenido por Dorfman y Caplan (13,14). Otros estudios han relacionado la migraña con el ictus (15,16), pero la proporción de ictus asociado a la migraña varía entre 1 % a 17 % en pacientes en edades por debajo de 50 años (17,18). El gráfico 3 muestra que la migraña fue el antecedente personal más frecuente (45, 5 %) lo que coincide con lo reportado por diversas bibliografías (11,12). El hecho de que el 50% de los migrañosos tengan familiares con la enfermedad, frente a los controles, sugiere un fuerte papel genético en su origen (9,19). La epilepsia la refirieron 4 pacientes; estos resultados coinciden con recientes datos sugerentes de que la migraña es una enfermedad comórbida con la epilepsia (15,16). Los síntomas acompañantes más frecuentes referidos por los pacientes fueron las náuseas, los trastornos menstruales y los vómitos, estos resultados coinciden con lo encontrado por otros investigadores (6). Las auras visuales fueron las predominantes ( 74 % ) respecto a los enfermos de migraña clásica. Según lo revisado, las auras visuales son las más frecuentes, llegando a representar hasta un 85 % de todas las auras y se originan en la corteza visual del lóbulo occipital (19). El gráfico 4 muestra la distribución de los pacientes según tratamiento indicado, y en el mismo se evidencia que solamente 2 pacientes recibieron tratamiento (medicamentoso) profiláctico ( 9 %) y que al resto ( 91 %) solo se le había aplicado tratamiento sintomático durante las crisis; este es un resultado alarmante, ya que si bien es cierto lo que dice Lance “La migraña no tiene cura¨ (20), sí se impone inmediatamente después del diagnóstico, un tratamiento profiláctico o preventivo para lograr mitigar la aparición, intensidad y la frecuencia de las crisis migrañosas, lo cual redundará en una mejoría de la calidad de vida de estos pacientes. En relación con los 20 enfermos (91 %) que recibieron tratamiento sintomático pudo comprobarse que a los mismos se les había administrado durante las crisis ESPASMOFORTE ENDOVENOSO, medicamento no indicado para la fase aguda de las crisis, por lo que pensamos que cada vez que se emplea el mismo se comete una iatrogenia sobre los pacientes, pues no solo estamos haciéndoles llegar un fármaco no indicado, sino que al mismo tiempo estamos contribuyendo a convertirlos en adictos a dicho medicamento. La distribución de los pacientes, según valoración médica, evidenció que del total estudiado, 16 (72,7 %) habían sido atendidos por médicos, y de estos, solo 4 (27,3 %) por un especialista en Neurología, es decir, 12 pacientes ( 54 % ) fueron atendidos por médicos generales o especialistas en Medicina General Integral. Este resultado es superior a lo reportado por autores españoles que plantean que solamente de un 15-30 % de cefaleicos consultan por ese motivo en alguna ocasión a un médico de atención primaria y menos del 10 % acuden a un neurólogo (11), cifra esta también superior en nuestros pacientes (27, 4 %). Podemos concluir que las edades más afectadas se encuentran en el grupo de 21-40 años, el sexo que predominó fue el femenino y la raza más frecuente fue la blanca. La migraña representó el antecedente patológico personal más referido, presente en 10 pacientes (45,5 %), seguida por la hipertensión arterial, en 5 (22,72 %) y la epilepsia, en 4 (18,18 %). Los síntomas acompañantes más frecuentes fueron: náuseas (86.,%), vómitos (72,7 %); y el 75% de las mujeres refirieron trastornos menstruales. Solamente 2 pacientes (9%) han recibido tratamiento profiláctico para su enfermedad y el medicamento más usado para suprimir las crisis en las áreas de salud y en el cuerpo de guardia del hospital es el Espasmoforte.
Anexos
Grafico No1: Distribución de los pacientes según edad.
Fuente: Historias Clínicas.
Gráfico No 2: Distribución de los pacientes según antecedentes patológicos personales.
Fuente: Historias Clínicas.
Gráfico No 3: Distribución de los pacientes según antecedentes patológicos familiares.
Fuente: Historias Clínicas.
Gráfico No 4. Distribución de los pacientes según tratamiento indicado.
Fuente: Historias Clínicas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1-.Stewart, W., Shechter, A., Lipton, RB (1994).
"Migraine heterogeneity. Disability, pain intensity, and attack frequency
and duration." Neurology 44: S24-39.
2-. Blau, J. (1987). Adult migraine: the patient observed. In: Blau JN,
editor. Migraine: clinical and research aspects. Baltimore: Johns Hopkins
Univ Press: 3-30.
3-.Blau, J. (1980). "Migraine prodromes separated from the aura:
complete migraine." Br Med J 281: 658-60.
4-.Amery, W., Waelkens, J., Van den Bergh, V (1986). "Migraine warnings."
1986 26: 60-6.
5-.(1988). "Headache Classification Committee of the International
Headache Society.Classification and diagnostic criteria for headache disorders,
cranial neuralgias and facial pain." Cephalalgia 8: 1-96.
6-. Olesen, J. (1978). "Some clinical features of the acute migraine
attack. An analysis of 750 patients." Headache 18: 268-71.
7-.Ottman, R., Lipton, RB (1994). "Comorbidity of migraine and epilepsy."
Neurology 44: 2105-9.
8-. Ottman, R., Lipton, RB (1996). "Is the comorbidity of epilepsy
and migraine due to a shared genetic susceptibility?" Neurology 47:
918-24.
9-. Merikangas, K. (1996). "Genetics of migraine and other headache."
Curr Opin Neurol 9: 202-5.
10-.Stewart, W., Staffa, J., Lipton, RB., Ottman R (1997). "Familial
risk of migraine: a population-based study." Ann Neurol 41: 166-72.
11-Liaño, H., 2000, Cefalea crónica recurrente: Migraña,
in Gargón, ed., Dolor de cabeza: Madrid, p. 43-50.
12- Adams, R., Maurice,V., Ropper, A., 1997, Cefaleas y otros dolores
craneofaciales, in M.-H. Interamericana, ed., Principios de neurología:
México, p. 154.
13- Dorfman LS, Marchall WH, Ensmann DR: Cerebral infartion and migraine:
Clinical and radiologic correlations. Neurology 29:317, 1979.
14- Caplan LR: Migraine and vertebrobasilar ischemia. Neurology 41:55,
1991.
26-Narbone, M., Leggiadro, N., La Spina, P., Rao, R., Grugno, R., Musolino,
R (1996). "Migraine stroke." Headache 36: 481-3.
15-.Merikangas, K., Fenton, BT., Cheng, SH., Stolar, MJ., Risch, N (1997).
"Association between migraine and stroke in a large-scale epidemiological
study of the United States." Arch Neurol 54: 362-8.
16-. Lipton, R., Stewart, WF (1997). Epidemiology and comorbidity of migraine.
Headache. S. S. Goadsby PJ, editors. Boston: Butterworth-Heinemann. 75-95.
17-.Sochurkova, D., Moreau, TH., Lemesle, M (1999). "Migraine history
and migraine-induced stroke in the Dijon Stroke Registry." Neuroepidemiology
18: 85-91.
18-.Stewart, W., Staffa, J., Lipton, RB., Ottman R (1997). "Familial
risk of migraine: a population-based study." Ann Neurol 41: 166-72.
19-Lance JW. Tension-type headache. In Lance IW ed. Mechanism and manegment
of headache. Oxford: Butterworth-Keineman;1993. 144-162.
20-Lance JW. Tension-type headache. In Lance IW ed. Mechanism and manegment
of headache. Oxford: Butterworth-Keineman;1993. 144-162.